La razón es sencilla. El bulbo raquídeo (ubicado más o menos a la altura de la unión entre el cuello y la nuca) es quien controla nuestra respiración. Tanto la amplitud (la cantidad de aire que ingresa) como la ciclicidad (la cantidad de veces que respiran), así que, ante todo, la respiración es una acción nerviosa.
Podemos controlar nuestra respiración, podemos elegir cuándo queremos respirar, y cuanta cantidad. Lo que no podemos hacer es evitar respirar por la sencilla razón que si no respiramos, nuestra sangre se vuelve ácida, entonces el bulbo nos "obliga" a inhalar aire.
Algo Increible
ResponderEliminar¡Muy interesante!
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